Respeto por el entorno. Tal vez sea por nuestros orígenes, este valle navarro, verde, montañoso, por el que corre el Bidasoa hasta desembocar en el cercano Cantábrico. Es nuestro paisaje diario, nuestro entorno, el de nuestros vecinos, fue el de nuestros padres y queremos que siga siendo el de nuestros hijos.
Queremos seguir saliendo a la calle con la cabeza bien alta, hacer las cosas bien. Por eso hemos implantado exigentes políticas de seguridad alimentaria, de ahorro energético y medioambientales que nos ayudan a disminuir los consumos de agua y luz y a separar, reducir y reutilizar los residuos no orgánicos, convirtiendo los purines de pato en fertilizantes naturales de la más alta calidad, devolviendo a la tierra parte de lo que ella nos da.